Y como no se podía explicar terminó el texto. No, pero es verdad, la pureza está en la mezcla. Un lado, precioso, irresistible, sabes que podrías estar mirándolo todo el tiempo, pero sabes que te equivocas. Entonces miras al otro lado… y nada nuevo bajo el sol.
El error enseña, la falla entretiene, meter el remo es celebrado y ser impreciso está de moda. La perfección aburre, hacer las cosas de manual está mal visto y ser extremadamente metódico hoy es de paletos. Viva la rebeldía.
Equivóquese para alcanzar la gloria, meta la gamba para ser excelso, cause divergencias sin miedo al estupor, confunda con lo que parece para definitivamente no serlo nunca y conviértase en esa pieza que paró la producción al romper el molde.
Ser conservador es cosa del pasado, ahora se lleva lo transgresor. En este mundo de la piel fina lo clásico molesta y es prácticamente más que un insulto. Inventa, aunque todo esté inventado, y confunde a propios y extraños con un estilo nunca antes propuesto.
Se aconseja no seguir al pie de la letra.
