La cantidad de personal que había en el recinto no entraba en consonancia con el silencio reinante en aquel momento. Realmente era un silencio ruidoso, que atronaba, que silbaba, que llegaba a torturar. Todas las miradas centraron su atención en los individuos que se disponían a ejecutar la acción: dos tipos idolatrados, cuasi desconocidos, odiosos y amantísimos, incultos y atractivos, repelentes y carismáticos. Muchos fueron los que abandonaron sus preocupaciones e incluso su identidad para afrontar la cruda tarde de invierno sentados sobre un trozo de cemento recebado de aluminosis en cada poro. No había nada más importante que hacer ni pensamiento relevante que enfrentar, era el evento del siglo y todos querían ser parte del momento histórico ejerciendo acto de presencia para sentirse, de alguna forma, parte de la propia trama. Votar, trabajar, crear, invertir, donar, inventar, emprender, ayudar, colaborar, levantar… no tiene sentido esforzarse si puedo mirar sentado. Que no se hace ni por disfrutar, simplemente es porque al final hay que hacer de todo en esta vida.
Desequilibrante
La cantidad de personal que había en el recinto no entraba en consonancia con el silencio reinante en aquel momento. Realmente era un silencio ruidoso, que atronaba, que silbaba, que llegaba a torturar. Todas las miradas centraron su atención en los individuos que se disponían a ejecutar la acción: dos tipos idolatrados, cuasi desconocidos, odiosos y amantísimos, incultos y atractivos, repelentes y carismáticos. Muchos fueron los que abandonaron sus preocupaciones e incluso su identidad para afrontar la cruda tarde de invierno sentados sobre un trozo de cemento recebado de aluminosis en cada poro. No había nada más importante que hacer ni pensamiento relevante que enfrentar, era el evento del siglo y todos querían ser parte del momento histórico ejerciendo acto de presencia para sentirse, de alguna forma, parte de la propia trama. Votar, trabajar, crear, invertir, donar, inventar, emprender, ayudar, colaborar, levantar… no tiene sentido esforzarse si puedo mirar sentado. Que no se hace ni por disfrutar, simplemente es porque al final hay que hacer de todo en esta vida.
Soledad
La vida es una historia que siempre es jodida por un tercer humano.
La sociedad es un enjambre de personas donde cada individuo se siente intensamente solo.
La amistad es una palabra que muy pronto desaparecerá del diccionario.
El mejor amigo del hombre es el móvil.
El apocalipsis era resumido como el fin del mundo. Hoy solamente tiene forma de batería dañada.
La clave de la vida es el egoísmo.
La familia es un instrumento que se intenta manipular al antojo de cada miembro, pero por lo general es indomesticable.
El mundo es una enorme piedra redonda tiranizada brutalmente por un irreductible dictador: el dinero.
El oxígeno hoy es contaminación, la comida veneno y el agua un matarratas con un precio mucho más caro que ayer.
Dime lo que tienes y tal vez te saludaré al pasar.
Los principios hoy son simplemente una pérdida de tiempo.
El amor es sexo, por eso siempre hay alguien que te trata de joder.
Los amigos se cuentan con los dedos de las manos, pero en Facebook los números dicen otra cosa.
La guerra escandaliza a las personas y no sé por qué, al fin y al cabo nadie está exento de un sentimiento beligerante en su devenir por esta dimensión.
La lluvia limpia, el frío amortigua, la primavera emboba, el calor mata.
Cualquier plan es inferior a mi animada soledad.
El Impresionante E Inexplicable Atractivo De La Asimetría
Y como no se podía explicar terminó el texto. No, pero es verdad, la pureza está en la mezcla. Un lado, precioso, irresistible, sabes que podrías estar mirándolo todo el tiempo, pero sabes que te equivocas. Entonces miras al otro lado… y nada nuevo bajo el sol.
El error enseña, la falla entretiene, meter el remo es celebrado y ser impreciso está de moda. La perfección aburre, hacer las cosas de manual está mal visto y ser extremadamente metódico hoy es de paletos. Viva la rebeldía.
Equivóquese para alcanzar la gloria, meta la gamba para ser excelso, cause divergencias sin miedo al estupor, confunda con lo que parece para definitivamente no serlo nunca y conviértase en esa pieza que paró la producción al romper el molde.
Ser conservador es cosa del pasado, ahora se lleva lo transgresor. En este mundo de la piel fina lo clásico molesta y es prácticamente más que un insulto. Inventa, aunque todo esté inventado, y confunde a propios y extraños con un estilo nunca antes propuesto.
Se aconseja no seguir al pie de la letra.
Batán
Un camino inhóspito sumergido en la maraña llega al fin a la Venta, ese lugar que muchos han cruzado y por el que pocos se han quedado. Tan próximo en verano a la algarada y a la barahúnda por un extremo y tan cercano a la permuta, la expendeduría e incluso el balompié el resto del tiempo. Empero, la realidad dominante durante la totalidad del año es la de la penumbra, la de las calles solitarias, la del intruso en el terreno de los elegidos, la de la dificultad para encontrar según qué cosas en todo momento y situación. Colateral de Carabanchel, pero como esos parientes de Alcalá que también se ven de pascuas a gramos, sin gracia, sin dolor, sin interés alguno en la terca reciprocidad que los mancomuna. Pero esto también es Madrid, el Madrid auténtico y tradicional de los barrios de Hortaleza, Vallecas, Moratalaz, San Blas, del primo de antes y por supuesto de Batán. Estos lugares son los únicos en la gran ciudad que nos separan de lo más mundano, del decibelio y de las aglomeraciones. Son lugares que, en definitiva, nos llevan al Madrid de antaño y nos abstraen del moderno que, sin ser malo, se olvida de ciertas cosas.



