Montinaro


No concibo la vida si no es para vivirla en libertad y, aunque eso no se hace y ni mucho menos se dice, no me queda más que declarar que no, que esto no es lo que esperaba en ninguno de los casos previstos por la organización.

Como algo inopinado, que no es de noche ni de día, en ese eterno intervalo del cambio de estación donde no hace frío ni calor. Como algo que no se posee, que no se puede tocar, que no se puede saborear, que puedes recordarlo sin llegar a sentirlo.

Una expresión fantasmagórica, tal vez espectral, sin placer en todo caso, sin toma y dame, con una lúcida transparencia en todo momento. Ni lo conozco ni lo quiero reconocer, pero no me acuerdo de lo que hice ayer.

Puedes yacer para fallecer, puedes desfallecer para fallecer, pero en ningún caso se puede fallecer para pretender desfallecer después y yacer como quien lava. Está claro que dos son compañía y tres significan multitud.

Badén y Gálibo


La lluvia se posa con mimo sobre la ciudad, emitiendo una melodía, con cuidado para no molestar, con entusiasmo y ciertas dosis de melancolía. 

Cuando el maestro pasa lista y todos se encuentran en la lucha aprieta el paso y rebosa charcos, elimina presencia callejera y al sol se pierde de vista.

Entonces el tiempo pasa seguro, con tráfico lento por no decir imposible, con aire de recuerdo y con el sosiego de que la claridad sucumbe ante el ambiente oscuro.

El día transcurre bañado por el líquido elemento, con algo de premura, sí, pero con la eterna sensación de no querer que la lluvia se la lleve el viento.

Agradece la vida, sonríe la naturaleza y las almas prueban como se vence a la polución, es el momento de mojar nuestro ánimo sin necesidad de que nadie nos lo pida.

El atardecer se precipita y la noche cae a plomo sobre los reflejos que emite la urbe. Las gotas se camuflan, pero la luz artificial las delata haciendo que este hecho se repita.

Un día lloverá todo el día sin descanso evitando la pena y desplazando todo aquello que por una razón u otra no sea más que tontería.

¿Qué Es El Amor?


Le llaman amor cuando realmente quieren engañar a la razón. 

Es amor si vuelan mariposas o trinan pájaros, aunque llueva. 

Son cuatro letras que al revés suenan como Roma, capital de Italia donde, casualmente, también está la ciudad de Venecia. 

Es la inspiración principal de libros, películas, canciones y obras de arte, pero algunos todavía se niegan a decir “te quiero”. 

Mueve el mundo de forma intangible, pero permite las guerras y la lucha entre hermanos. 

Se da y se quita de forma cruel. También se puede regalar, pero jamás se debe de robar. 

Se puede vivir perfectamente sin él, otra cosas es pretender hacerlo bien. 

El amor no es sexo, algo vital para muchos, pero, curiosamente, al acto de la copulación se le llama hacer el amor. 

Amor nunca pasa de moda, tratan de innovar con fuegos de artificio, pero al final uno y uno son dos y las piezas en el puzzle siempre encajan de la misma forma. 

Nos hicieron por amor y daremos un poco para más para rescatar la luz desde la oscuridad. Luego las luces se apagarán y el amor, como siempre suele pasar, se irá definitivamente. 

Tiene millones de formas distintas, habla en lenguas por descubrir, se disfraza de cualquier cosa y no conoce a nadie, pero todos quieren estar con él. 

Intentan ponerle precio, pero su valor es incalculable. 

El amor puro está libre de conservantes y colorantes. 

Es adictivo y suele ser sano para el corazón, pero su posología es ambigua y, a veces, puede dejar secuelas. 

Es tremendamente fotogénico. 

Todo el mundo dice que el amor es bonito, pero lo cierto es que nadie lo ha visto jamás.