AC Kaló


Nos encontramos con un juego de palabras para recordar que en verano hace “kaló”, sobre todo a la hora de cruzar Despeñaperros. Afortunadamente, y gracias a lo más sagrado, contamos con unas gafas y unas playas que quitan el “sentío”. Denominación fetén para un club en el que se maneje la paradoja a la perfección.

Steaua del Búcaro


Un clásico. El mítico club de la capital rumana ha calado hondo entre los aficionados españoles gracias a un nombre que evoca al líquido elemento. De tal forma, podemos encontrar variantes tales y como las que enumeramos a continuación:
  • Steaua del Grifo
  • Steaua del Váter
  • Steaua no Beberé
  • Steaua Potable
  • Steaua de Rochas

¿Cómo Llamamos Al Equipo?

Qué ilusión da montar un equipo con los colegas para hacer ejercicio de forma saludable durante el fin de semana y después pasar un rato distendido tomando una bebida energética en una terraza. Durante el verano se suceden las llamadas, se planean reuniones, se hacen cuentas ante la imposibilidad de reunir las fichas necesarias, se pregunta en tiendas deportivas por los uniformes, se busca un patrocinador, se llama con insistencia y ansiedad al órgano competente para organizar las ligas y así hasta completar un largo etcétera. ¿Qué sucede al final? Pues que las pocas calorías que quemamos en los partidos las multiplicamos por cien con las tapas de panceta y oreja frita, que en el envase de la bebida energética pone Mahou, que la mayoría de los aspirantes están de vacaciones, que se cancelan las reuniones, que las cuentas se confirman que nunca salen, que las tiendas deportivas nos dejan tiritando, que el Bar Manolo nos dice que nos vayamos a los toros, que nos llaman pesados por teléfono y así hasta completar un largo etcétera.

Por otro lado, el equipo se quiere hacer con amigos, pero al final siempre se acaba tirando de material averiado. Eso lo saben hasta en Helsinki. Pensábamos que solo habría que pagar la ficha de cada jugador, pero luego descubrimos que hay que depositar una fianza, comprar material, pagar a los árbitros y, por supuesto, adquirir los uniformes (creímos que el Bar Manolo se haría cargo, pero el plan tenía lagunas). Entonces, visto lo visto, acabamos comprobando que montar una ruina de equipo para hacer el cabra con la única excusa de martillearse 35 cervezas por cabeza y día (otra partida presupuestaria que hay que tener en cuenta) es prácticamente una actividad para ricos.

Y por último, el final de la revista. El Bar Manolo se borró y ya no tiene sentido llamar al equipo Los Manolitos, por lo que nos quedamos ante el problema más grande que nos podíamos encontrar: 

“¿Cómo llamamos al equipo?”

Y ya tenemos el lío montado. Uno dice una chabacanada, otro una astracanada, aquel que no habla nunca suelta una patochada y todos al unísono gritan formando una angustiosa algarada:

¿Arisco de Salónica?

¿La Elipa me flipa?

¿Michelin Team?

¿La Zapatiesta?

¿Los Mandarinas?

Dejadlo si queréis. Afortunadamente, José Bardantia, en colaboración con En Clave Croma, tiene a bien ofreceros esta guía de nombres fascinantes con sus correspondientes escudos que puede ser de gran ayuda para solucionar vuestro conflicto. Y lo que más mola: sin que os cueste un guil, así, por la face.

El carrusel de ideas desfilará por aquí en las próximas fechas. Disfruten del cuento, del juego y lo más importante: de la compañía.

Suerte y a por ellos.

José Bardantia

Dedicado a los que piensan que la amistad es un ingrediente esencial en la receta de la vida y que el humor debe ser un condimento ineludible en la preparación de la misma.